Andan por calles construidas hace siglos
valoradas por reclamos turísticos
ignoradas en la historia de sus casas
donde sus habitante cuelgan
en patios comunes sus ropas
y comparte los ruidos de las noches
la musica de los altavoces
las risas de la convivencia
o los llantos de la dureza
se saludan en las escaleras sonrientes
y se respetan en el descanso.
En casas colectivas donde la paredes
separan las voluntades de apoyo.
Nace la curiosidad del conocimiento
siempre deseoso del otro.
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