Catapultar el trayecto ascendente,
comprometer un ritmo derrotado
hasta la docilidad de la médula.
Gime absorto hasta el ridículo
de un traqueteo rancio y mugriento.
Liviano rapto obstinado
la cautiva consagra el proyecto
de un porvenir en el recodo
provisional.
Obstinados en fusilar a la ebriedad
de la insinuación de la chatarra
desafiando al hermetismo de los
sortilegios.
Ávido, desdeñando a la testaruda
sordidez
escarcela de apuestas obscenas
solazan replicas sedientas
crispando a los inquilinos de ataúdes.