jueves, 5 de marzo de 2015

La belleza de las cosas muertas

La botella se busca en el suelo, derrama el liquido por la alfombra. Un cigarro escupe espirales de humo. La nada se busca en el vacío, demasiado tiempo dormida, sobresaltada despierta del sueño. Al tequila añade unas gotas de limón para saborear la vida más ácida, secando la amargura que se esconde en el armario.

Los demonios desaparecieron, una pena, se divertía con ellos.

Arranca, desguaza el armario interior, dejando sangran el desagüe de desperdicios taponados. Abre cajones y lanza su contenido en un estallido de furia, espasmos recorren al reflejo intimidando  la apariencia. Lanza el tequila al montón de las cosas muertas y mira una cerilla asombrada por la belleza de la anticipación de los acontecimientos dejando caer la llama que se alimenta suavemente acariciándola el cuerpo.

1 comentario:

  1. Ay, el tequila sí que mata...
    Menos mal que el fuego de nuestros corazones, que nos lleva del verso y la prosa a la praxis y al beso, limpiará algún día este mundo de muertos en vida. :)

    ResponderEliminar